“bebé quiee apple”
“bebé quiee apple”
Al tener la tercera parte del tamaño de los demás crayones, a este lo llamaste bebé y como sabes, los bebés tienen necesidad de dormir, así que decidiste arrullarlo, lo pegaste a tu pechito y empezaste a arrullarlo “shiss, shiss, shiss, shiss” después, de alguna forma notaste que tenía hambre, entonces lo sentaste en la silla que está destinada para que coman los bebés (tu sillita) y dijiste “bebe quieee Apple” tomaste un trozo de tu manzana y se lo diste y dijiste “mmmm diciosooo” -como te digo cuando comes algo que te ofrezco-. La escena continúo por unos minutos más ya que después volviste a arrullarlo y lo llevaste cerca de tu pechito mientras salíamos de casa…
Mariangela me siento feliz de verte crecer y darme cuenta de que éstas anécdotas son cada vez más frecuentes, ninguna repetida y ninguna es menos sorprendente que la otra. Creces día a día, observas lo que hacemos y decimos para transformarlo en algo maravilloso algo que solo tú sabes hacer. “papi mimi..” cuando quieres jugar al caballito, “no papi no”. Cuando te beso y te ríes, “ya papi ya” cuando te cansas de reír, “baa mama” cuando vamos a jugar tu y yo al parque… así puedo seguir escribiendo muchas más de esas anécdotas bien padres de esas que están grabadas ya en mi corazón.
Eres mi regalo de todos los días, Te amo.
Tu Papi.
Escrita en Febrero del 2018..
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